Ich bin Enric Marco

2009 - Santiago Fillol, Lucas Vermal

Título: Ich bin Enric Marco

Título original: Ich bin Enric Marco

Dirección: Santiago Fillol, Lucas Vermal

País: España

Año: 2009

Fecha de estreno: 18/12/2009

Duración: 100 min

Género: Documental

Intervenciones: Enric Marco

Web:

Distribuidora: Intermedio

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Nota de los directores Santiago Fillol y Lucas Vermal

Nuestro proyecto documental surge de una fascinación: -la fascinación por la historia de un impostor que supo dar vida a los relatos del horror nazi y a la memoria del combate antifascista en general- y a la necesidad de resistir a esa fascinación. Esa tensión recorre toda la película, es decir el viaje que hicimos con Marco, ya desenmascarado públicamente, hacia su pasado en Alemania.

Obviamente, él quería usarnos, rehabilitarse y reaparecer bajo los focos. Nosotros, que al final quedamos por lo general fuera de plano, también queríamos usarlo, descubrir en él un ejemplo de algo, un personaje trágico o por lo menos tragicómico.

No estábamos seguros. El hecho es que ambos propósitos no parecían compatibles y sin embargo, de la experiencia del viaje emergió cierta complicidad, quizás no definitiva pero suficiente para avanzar juntos, sin juzgarnos. No juzgar al protagonista era necesario desde nuestra perspectiva para captar su frágil condición de protagonista/narrador de dos historias igualmente determinantes, la verdadera y la falsa o, si se quiere, la vieja y la nueva.

La película debe mucho a esa doblez: Marco desanda su vieja historia de resistente antifascista pero se reencuentra constantemente con ella. Los escenarios del viaje ficticio al infierno de los campos y de la modesta historia del joven que partió a la Alemania nazi como obrero voluntario se entrecruzan constantemente: la Barcelona franquista, la Metz anexionada al Reich y el puerto militar de Kiel, en plena campaña triunfal del ejército alemán en todos los frentes.

Intentamos retratar a un hombre que se afana en corregir su autorretrato y se sumerge en los relatos que han nutrido la conciencia histórica europea. Naturalmente, no pretendíamos
cuestionar a través de la figura de un fabulador la verdad histórica sino a lo sumo lo contrario, intuir algo sobre su banalización, la debilidad de la memoria personal frente a la fuerza de los tópicos de esa historia; esa banalización del testimonio que tanto temía Primo Levi.

Marco llegó a Kiel preocupado por lo que se encontraría. Una vez allí, todas las puertas se abrieron sin dificultad. Pudo visitar los astilleros en los que había trabajado, encontró la tumba del viejo amigo que le había salvado la vida, la cárcel en la que había pasado un año de su juventud.

Sin embargo, había algo que no encontraba. No lograba reconstruirse, fijar su identidad. Era inevitable que resurgieran las sospechas. No se trataba de la veracidad de este nuevo relato, bastante documentado, sino de la impresión de que andaba buscando otra cosa. No un arreglo de cuentas, ni la verdad, sino un lugar desde el cual volver a hablar, situarse nuevamente en la Historia escrita en mayúsculas.

Finalmente, se fue haciendo evidente que ese lugar era el campo de concentración de Flossenbürg, al que Marco no tenía previsto volver. Sin embargo, volvimos. Allí había forjado, desde los años 70, su identidad de resistente y su relación de camaradería con ex deportados que no había vuelto a ver desde la revelación de su mentira.

Allí, pensaba Marco, podría saldar su vieja cuenta, comprender. ¿Se trataba de un último acto de picaresca o del momento en el que por primera vez se enfrentaría con su verdad? Sea como fuere, sabía que era una despedida. El hombre público, atrapado en su mentira, llegaba al final de su recorrido; y el nuevo, el hombre de carne y hueso, recorrió en silencio las alambradas del viejo Lager, hoy convertido en museo.

Santiago Fillol y Lucas Vermal
Barcelona, Marzo de 2009

El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora Intermedio