Las mujeres de verdad tienen curvas

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Ana (América Ferrera) tiene 18 años y le espera un futuro brillante. Es la primera de su familia que puede atreverse a soñar con ir a la Universidad, pero su educación modesta en un barrio del Este de Los Ángeles y la lealtad que siente por su familia la retienen. Carmen (Lupe Ontiveros), su madre, tiene buenas intenciones, pero subestima el carácter de Ana y sus ganas de cambiar de vida. Es una mujer muy tradicional que ha tenido una vida dura, ya no espera que Estela (Ingrid Oliu), la hermana mayor de Ana, se case. Ahora pone todas sus esperanzas en Ana para que ésta le de los nietos que ella cree merecer.

El trabajo se amontona en el taller de costura donde trabaja Estela. Ana, muy a su pesar, les echa una mano para terminar un pedido de vestidos. Ésta se indigna ante el trabajo que requieren esos vestidos tan elegantes que llevarán unas mujeres cuya vida es muy diferente a la suya, vestidos en los que nunca cabrá. Durante las largas horas en el taller pasando calor, Ana empieza a darse cuenta de cuánto trabaja su hermana y del talento que tiene. Enseña a sus compañeras de taller a querer a sus cuerpos opulentos y a apreciar todo lo que les hace diferentes.