The Cove

2009 - Louie Psihoyos

Título: The Cove

Título original: The Cove

Dirección: Louie Psihoyos

País: Estados Unidos

Año: 2009

Fecha de estreno: 11/06/2010

Duración: 92 min

Género: Drama, Documental

Reparto: Joe Chisholm, Mandy-Rae Cruikshank, Charles Hambleton, Simon Hutchins, Kirk Krack, Isabel Lucas, Hayden Panettiere, Roger Payne, John Potter, Louie Psihoyos

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Distribuidora: A Contracorriente Films

Productora: Diamond Docs, Fish Films, Oceanic Preservation Society, Quickfire Films

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6,9

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Entrevista al activista Ric O'Barry

P: ¿Se sorprendió cuando Louie decidió tratar de hacer un largometraje documental sobre lo que estaba ocurriendo en la cala?

R: Me impresionó mucho, porque pensé que podría ser demasiado gráfico. Pero lo más increíble que han logrado Louie y Fisher Stevens es convertirlo en un filme comercial. Es toda una hazaña. Los espectadores se ríen, lloran y salen del cine diciendo: «¿Qué puedo hacer?». Estoy entusiasmado, porque cuanto mas popular sea la película, más impopular será la caza de delfines en Japón, y realmente creo que estamos a punto de poner fin a estas matanzas y, muy posiblemente, a la caza de pequeños cetáceos.

P: Usted empezó como adiestrador de delfines y ahora se opone a mantener a los delfines en cautividad. En la película habla de lo mal que lo pasó cuando murió el delfín Kathy, pero antes de eso, ¿había ya empezado a cuestionarse si era ético lo que estaba haciendo?

R: Sí, durante el rodaje de «Flipper» ya había empezado a cambiar de opinión, pero en nuestro sector llamamos a eso «ponerse las orejeras». Era joven, tenía un trabajo glamuroso y fácil, y conducía un Porsche. Tras la muerte de Kathy, me quedé destrozado. Ir a Bimini fue un acto propio de alguien que estaba enloqueciendo, en cierto modo, pero también un acto de pura pasión.

P: ¿Qué opina de los adiestradores que acuden a lugares como Taiji con el fin de comprar delfines para espectáculos y acuarios?

R: Muchos adiestradores se justifican diciendo que es para fines «educativos y de investigación», pero realmente no me entra en la cabeza cómo treinta adiestradores pueden estar en el agua en Taiji con estos animales traumatizados y mirarles a los ojos sabiendo lo que están haciendo. No lo comprendo, en serio. Entiendo por qué lo hacen los pescadores; para ellos es una tradición y creen realmente que no hay diferencia alguna entre un delfín y un pez, aunque pasan por alto el hecho de que la carne de delfín es tóxica. Pero los adiestradores con los que todavía estoy en contacto han encontrado maneras de hacer la vista gorda. Les apetece hablar sobre cómo enseñar nuevas piruetas a los delfines, pero no quieren hablar de las capturas ni las matanzas.

P: A muchas personas les sorprenderá saber que la caza de delfines es legal en Japón. ¿A qué se debe esta legalidad?

R: Existe cierta prohibición de caza de ballenas, pero no afecta a los delfines y otros pequeños cetáceos. No obstante, es obvio que el tamaño no importa; los delfines son cetáceos y su sufrimiento es el mismo. Lamentablemente, la International Whaling Commission [la Comisión Ballenera Internacional], como puede ver en la película, está muy relajada en sus obligaciones y bajo la influencia de abogados corruptos. Poco ocurre en sus reuniones.

P: Usted también subraya que, al margen de las cuestiones éticas, el riesgo para la salud humana es importante, porque se ha demostrado que la carne de delfín, que todavía se comercializa en Japón, está altamente contaminada con mercurio.


R: Lo que hemos descubierto es que la carne de delfín es puro veneno. Contiene más mercurio que el pescado que hizo enfermar la ciudad de Minamata, uno de los casos más graves de intoxicación por mercurio de la historia moderna. Pero la población japonesa desconoce estos datos. Esperemos que esta película consiga lo que no han conseguido los periódicos y las televisiones de Japón: hacer público que se ha tenido engañados a los japoneses durante años. Se trata de un auténtico delito, porque la constitución japonesa dice que los ciudadanos tienen derecho a acceder a esta información. Todavía no hay estudios médicos sobre los efectos del consumo de carne de delfín contaminada con mercurio, pero hemos conocido a personas que dicen estar perdiendo la memoria o la audición, y esto es muy preocupante.

P: ¿Qué tiene que ocurrir para que cesen las cazas de delfines?

R: En primer lugar, hay que tener en cuenta que la industria recreativa en torno los delfines genera 2.000 millones de dólares sólo en EE.UU., y esto es lo que está provocando estas cazas. Pero la solución también debe proceder del interior de Japón, del pueblo japonés. Aun así, me han informado de que la presión exterior, lo que los japoneses denominan gaiatsu, puede ayudar.

P: ¿Qué tipo de gaiatsu podría funcionar?

R: Boicotear a Japón o los productos japoneses no es una buena idea. Esto no tiene nada que ver con Japón ni con la cultura japonesa. La mayoría de los japoneses con los que he hablado se oponen a la caza de delfines y desconocen por completo la corrupción que ha llevado al Gobierno a permitir que siga vendiéndose carne de delfín contaminada con mercurio.

En nuestro sitio web (www.savejapandolphins.org), sugerimos que la gente llame a la embajada japonesa para pedir que se detengan las cazas de delfines. También creemos que EE.UU., en particular el presidente Obama, puede ejercer más presión sobre Japón. Desde Nixon, todos los presidentes estadounidenses se han declarado contrarios a la caza de cetáceos pero nunca han hecho nada al respecto. Han permitido que se mantenga el statu quo. La mayoría de los políticos de EE.UU. no saben que en Japón todos los años tiene lugar la mayor matanza de delfines del mundo, por lo que tenemos la esperanza de que esta película constituya una verdadera llamada de atención.

P: ¿Hará esta película que usted corra todavía más peligro a su regreso a Taiji?

R: Lo cierto es que no puedo estar más en peligro que ahora. En Taiji tengo que ir disfrazado: incluso he llevado un vestido de mujer, los labios pintados y una peluca para pasar desapercibido. En cuanto te detienen en Japón, te quitan de en medio para siempre, de modo que es crucial que no encuentren motivo alguno para detenerme. Ese es también el motivo por el cual los pescadores nos filman: esperan poder pillar a alguien haciendo algo por lo que la policía podría detenerle. Pero todavía es más peligrosa la yakuza, la mafia japonesa, que está muy implicada en la caza de cetáceos y en la industria pesquera de Japón. En Taiji he empleado mucho tiempo en simplemente tratar de no meterme en problemas. Se trata de un juego del gato y el ratón que no ha terminado.

P: Con todo por lo que ha pasado usted ?angustia, prisión, peligro de muerte? al tratar de salvar a los delfines, ¿sigue siendo optimista?

R: Si le digo la verdad, me resulta muy difícil ver 'The Cove', no tanto por lo que se ve, sino por lo que no se ve, que es el resto de mi vida: los nacimientos, muertes, celdas de prisión y salas de tribunales que ha habido detrás de lo que aparece en pantalla. Pero no hay nada que me emocione tanto como ver al público ovacionando ocho veces la película en Sundance y conseguir que la gente salte, literalmente, con un: «¿Qué puedo hacer?». El mensaje principal que quiero transmitir es que hay una esperanza real. Creo que es muy posible que podamos cerrar esta cala y, si lo logramos, esto va a ser un gran paso hacia la prohibición de la caza de cetáceos de todo tipo. Aquellos que quieran ayudar, pueden visitar el sitio web www.savejapandolphins.org.

El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora A Contracorriente Films y productora Diamond Docs, Fish Films, Oceanic Preservation Society, Quickfire Films.