Cruzando el límite

2010 - Xavi Giménez

Título: Cruzando el límite

Título original: Cruzando el límite

Dirección: Xavi Giménez

País: España

Año: 2010

Fecha de estreno: 12/11/2010

Duración: 92 min

Género: Drama

Calificación: No recomendada para menores de 12 años

Reparto: Fernando Guillén Cuervo, Junio Valverde, Adam Jeziersky, Irene Escolar, Elena Furiase, Gonzalo Ramos, Marcel Borràs, Emma Vilarasau, Carlos Kaniowsky, Ana Isabel Velásquez

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Distribuidora: Filmax

Productora: Filmax

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Los hechos reales

Uno de los secretos mejor guardados de los Estados Unidos es el de Tranquility Bay, un centro educativo estricto como ningún otro, que se utiliza como campo de reeducación para niños rebeldes.

Uno de estos centros se encuentra en Jamaica. Los padres pagan cantidades muy elevadas de dinero por ingresar a sus hijos en un centro que parece más un "gulag" (campo de concentración) o una especie de Guantánamo escolar que un centro educativo.

En su interior, los chicos reciben castigos corporales considerables aprovechando que la ley jamaicana lo permite. En Tranquility Bay se maltrata físicamente a los niños internos y se les hace un lavado de cerebro. Es uno de los numerosos centros afiliados al grupo WWASP, un conjunto de empresas dirigidas con mano de hierro por unos empresarios de Utah, en Estados Unidos, ligados a los valores patriarcales y autoritarios del fundamentalismo mormón.

Actualmente, en los Estados Unidos, hay más de mil empresas privadas que venden sus programas de reeducación infantil. En este mercado de casi 50.000 millones de euros, que crece a un ritmo del 25% anual, WWASP domina desde hace quince años el sector de la modificación del comportamiento. Su especialidad es el internamiento de adolescentes difíciles y la tarifa base es de 24.000 euros al año.

Esta red de centros se anuncia a través de Internet, catálogos a todo color, vídeos promocionales y por supuesto el boca a boca entre los padres que ven en los servicios de WWASP su último recurso.

¿Pero, por qué necesitan un último recurso? Porque tienen miedo de que sus hijos pierdan el rumbo. El miedo es lo que alimenta este negocio. El producto que WWASP vende a estos padres asustados suena muy bien. Se llama "modificación del comportamiento" y se resume en dos palabras: castigo y recompensa.

WWASP educa a sus internos tal y como se enseña a un animal de compañía. Un ejemplo del repertorio de castigos de estos centros es obligar a los chicos a estar estirados en el suelo durante horas, días o semanas. En cuanto a las recompensas, sólo hay una: la ausencia de castigo. Es la única manera de obtener privilegios como comer, lavarse, estudiar o llamar a los padres.

El capítulo más triste de la historia de estos adolescentes suele comenzar casi siempre a medianoche, cuando unos desconocidos los sacan de la cama de sus propias casas y se los llevan a la fuerza hacia un destino desconocido. Y, cuando se acaba, todos están marcados para siempre, pero algunos hablan con rabia y odio de sus presuntos educadores, de sus padres y de su país, donde no hay ninguna legislación federal de protección a la infancia.

¿Por qué no cierran estos centros? En una investigación sobre los fondos económicos de la empresa, se descubrió que WWASP financia al Partido Republicano con grandes donaciones de dinero (más de un millón de dólares en donaciones públicas entre el 2002 y el 2004) y también financia al Movimiento Mormón.

Por otra parte, autoridades de otros países (Costa Rica, México, Suiza y la República Checa) han conseguido cerrar seis de los doce centros que tienen abiertos, entre ellos uno en Girona. Según "El Confidencial", este último se cerró en abril de 2006 cuando empezó una investigación por la denuncia del dueño de un restaurante que encontró a un menor de 14 años en la estación de tren de Figueres que le explicó que se había escapado de un centro de menores porque lo maltrataban.

A partir de ahí, los Mossos d'Esquadra acudieron a la masía Can Gener (Sant Llorenç de la Muga, Girona) y encontraron a cinco adolescentes que presuntamente sufrían malos tratos de forma habitual, e incluso eran encerrados en jaulas para jabalíes cuando no querían trabajar o decían que se encontraban mal.

El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora Filmax y productora Filmax.