Érase una vez en Anatolia

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La acción en este film con tintes de cine negro policíaco se desarrolla en Anatolia. Que se sitúa, para quien no lo sepa, en el bello país de Turquía. Anatolia es un zona eminentemente rural y agrícola donde un grupo de policías, acompañados de una pareja de delincuentes, intentan esclarecer el lugar donde estos últimos enterraron a una de sus víctimas.

Película presentada de una forma increíblemente cruda que nos muestra como Kenan (Firat Tanis), después de ser capturado, guía a los policías por los campos de Anatolia en pos de la tumba donde enterró, junto a su hermano, los restos de un cuerpo sin vida producto de un asesinato.

Durante el transcurso de la investigación los personajes se preguntarán sobre los principios morales que separan a los hombres de las bestias. También sobre el móvil del crimen y que motivos pueden llevar a un hombre a cometer actos de violencia contra otro. La tensión de la cinta irá creciendo al mismo tiempo que la noche se cierra sobre los protagonistas y se van acercando al supuesto lugar donde los asesinos dejaron a su víctima para que cayera en el olvido.