Fiebre en la sangre

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Clay Spencer, un tipo con un carácter de lo más férreo, (Henry Fonda) y su mujer Olivia (Maureen O’Hara) se esfuerza, a diario, por sacar adelante a sus nueve hijos. Viven en su vieja casa situada en un valle de California, en las faldas de un terreno montañoso que hace tiempo perteneció a su familia. Su sueño es poder hacerse con la montaña que ven, a diario, desde su ventana y construir en ella un hogar majestuoso donde poder educar y criar a sus hijos, a los que adoran. Les cuesta alimentar a todos ellos, pero podría decirse que tienen una vida muy feliz.