La cruda realidad

En medio de la historia de La cruda realidad está una mujer que no quiere creer que Don Perfecto pueda tener un lado oscuro. Abby Richter, una dura e inteligente mujer universitaria, que durante mucho tiempo ha creído que salir con chicos era un trabajo más, y que erróneamente cree que hay que hacer listas, estudios exhaustivos y cumplir con unos estándares implacables que nadie ha llegado a alcanzar.

Ella diría que tiene grandes expectativas. Mike Chadway diría que es "una controladora psicópata", pero ella cree que ahí fuera, en alguna parte existe un hombre que la hará perder la cabeza. Pero hay un hombre capaz de hacerlo y ella nunca hubiera podido imaginarse de quién se podía tratar.

Para el personaje de Abby los productores querían buscar a una actriz protagonista al estilo de las clásicas actrices de comedia, una Carole Lombard o Lucille Ball del siglo XXI, capaz de tener un verbo chispeante a la vez que poseyera una delicada sensualidad y una burlona sensibilidad. Ese tipo de artistas no superan la docena, así que la lista de candidatas fue corta y rápidamente se redujo a un nombre.

Gary Lucchesi recuerda que "un día uno de los guionistas preguntó si habíamos pensado en Katherine Heigl. En cuanto oí su nombre, supe que era ella. Fue una gran idea, ya que sabíamos que era perfecta para el papel y la perseguimos incansablemente".

Heigl, ganadora de un premio Emmy por su papel en la exitosa serie de televisión, Anatomía de Grey, está en el candelero y ha participado en numerosas comedias, siendo la más relevante su papel protagonista donde hace de una mujer embarazada en la película de Judd Apatow, Lío embarazoso, que ha obtenido muy buenas críticas. Todo el equipo creativo pensó que tenía todas las cualidades necesarias para hacer de Abby.

Karen McCulluh Lutz cuenta que les ayudó leer el guión con la voz de Katherine en sus cabezas. "Cuando supimos que había sido la elegida, no tuvimos que hacer ningún ajuste".

Kirsten Smith añade, "tan pronto como empezamos a trabajar con ella, Katherine captó la idea de hacer que Abby pareciera incluso más controladora. Ella clavó a la perfección las obsesiones y las neurosis de Abby".

Para Heigl, tomar parte en esta batalla de sexos fue una proposición irresistible. "Lo que me gustó del guión es que te ayuda a comprender lo que realmente piensan los hombres y por qué las mujeres lo malinterpretan, o piensan que es justo al revés", dice riéndose.

"Todos hemos visto las típicas comedias románticas, y siempre tengo un lugar para ellas porque soy una seguidora de este tipo de comedias. Pero lo que me gusta de La Cruda Realidad, es que te lleva hasta el límite. La historia es muy sincera, pero en vez de que te lo tomes muy en serio, te permite reírte y disfrutar de las situaciones absurdas que ocurren entre hombres y mujeres".