Thai dragon

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Kham (Tony Jaa) es un muchacho de campo cuya vida experimenta un vuelco cuando la mafia internacional irrumpe en su adormecida villa para apoderarse de sus dos magníficos elefantes y llevárselos a Australia acto seguido. No se trata de unos paquidermos cualquiera. Son enormes, majestuosos, pensados para ser ofrecidos a Su Majestad el Rey como prueba de devoción: son los elefantes de Kham. Éste no tendrá otro remedio: deberá partir hacia Australia pues no puede permitir que nadie se apodere de sus adorados elefantes. Tendrá que penetrar en el corazón del distrito controlado por la Mafia y seguir la pista de los raptores hasta conseguir que los paquidermos vuelvan con él a casa.

Sin embargo, la empresa será cualquier cosa menos fácil. Incluso con la ayuda del sargento Mark (Mom Jokmok), un oficial de policía tailandés que trabaja para la policía australiana, además de la de Pla (Tuk, Bongkoch Kongmalai), una chica tailandesa forzada a ejercer la prostitución, y la de Rick (David Assawanan), el compañero del sargento Mark tan estricto con las normas, todavía se evidencia una incursión extremadamente arriesgada. El caso es que puede que Kham vaya tras la Mafia, pero la Mafia también va tras él. La dirige la fría y despiadada Madame Rose (Jin Xing) quien envía a sus dos guerreros más poderosos, Johnny (Johnny Nguyen) y Nathan (Nathan Jones) tras Kham en el intento de detener a éste en su implacable búsqueda.

Es en este momento en el que tiene comienzo la auténtica batalla. La lucha por los elefantes —Por Yai, el mayor de ellos, y Korn, la cría—, se evidencia una intensa prueba de coraje y capacidad resolutiva por parte de Kham. El poder y esplendor del antiguo Muay Thai brilla en toda su plenitud cuando Kham se concentra en los movimientos basados en la naturaleza y, de modo más específico, en el propio elefante.