Watchmen

Zack Snyder se enfrentó al mayor reto de su carrera cuando le pidieron que dirigiera una adaptación de Watchmen, la multi-premiada novela gráfica de Alan Moore.

Esa historia de superhéroes que viven en unos USA alternativos en los años 80 había tentado ya a Hollywood, pero existía la opinión unánime de que era imposible de filmar. De hecho, como señala el propio Snyder (de 42 años de edad y director de 300), cuando Watchmen llegó hasta él, ya había sido rechazada por todos los estudios. "Todos los grandes estudios decían: '¿Novela gráfica gigante? No. ¿No tenéis a Arnold Schwarzenegger? No'", dice Snyder.

Cuando le abordaron para sondear su interés, el director estaba trabajando en la postproducción de 300. Cuando recibió la llamada telefónica, lo último que se le hubiera pasado por la cabeza a Snyder era aceptar un proyecto tan mastodóntico como Watchmen.

Aunque conocía muy bien la novela gráfica original, le faltó un pelo para rechazar la oferta. "Al principio pensé: '¿Os habéis creído que soy masoquista? Ya lo estoy pasando bastante mal con 300. Pero fui y acepté la reunión", recuerda. En ese punto, Snyder descubrió que en el estudio existían visiones muy diferentes acerca de cómo había que dar forma a una película como Watcmen, ambientada originalmente en unos años 80 en los que Nixon aún sigue en el poder, los EEUU han ganado la guerra de Vietnam y existe la amenaza creciente de un holocausto nuclear.

"Decían: 'Nos gustaría hacerla sobre la guerra contra el terrorismo'. Su guión ya estaba ambientado en la época actual. Y me decían: 'Asegúrate de que sea para mayores de 13 años, y sería genial si durase una hora y 40 minutos'. ¡Pensaban que el guión era largo ya con 109 páginas!".

Pero Snyder estaba decidido a que su visión permaneciese fiel a la historia de Alan Moore. "Cuando me dieron el guión dije: 'Nada de guerra contra el terrorismo, tiene que ser la Guerra Fría. Tiene que ser en 1985 y para mayores de 18'. Cuando terminé, teníamos para rodar un guión de 167 páginas. Casi doblé el tamaño del guión del estudio", dice.

"Y, como punto a favor del estudio, hay que decir que cuando vieron el montaje de tres horas se portaron magníficamente conmigo, que no sabía cómo acortarla. Decían: '¡Vaya! ¿Qué demonios es esto? ¡Esto no es lo que habíamos encargado!' Pero no de mala manera, sino como diciendo: 'No sabíamos lo intrínseco que esto era para la historia'".

Snyder reconoce que hay varias razones por las que Watchmen había sido calificada como la gran película imposible de rodar. En primer lugar, estaba el hecho muy evidente de que Watchmen es más profundo, oscuro y complejo que los cómics habituales.

"Cuando apareció, Watchmen provocó una revolución en el mundo del cómic, porque básicamente había tomado todo lo que la gente conocía acerca de los superhéroes, y los había convertido en personajes realistas. Tomaba las situaciones que la gente atribuye normalmente a los cómics, y hacía que esas situaciones dijesen algo sobre la sociedad y la política", dice Snyder. "Era algo que los cómics no habían hecho nunca. También tomó la moralidad de un superhéroe, lo que significa ser un vigilante y aplicar tu visión de la justicia sobre los demás, y lo llevó un paso más allá".

"¿Qué por qué fue tan difícil de filmar? Bueno, por todas esas cosas que Mooore realizó con éxito, y además la duración es bastante considerable. Creo que Hollywood se debatió tanto tiempo con ello por diversas razones. Una, la propiedad intelectual; dos, la duración; y tres, la época histórica".

Además, Snyder cree que hay otras razones por las que no se había hecho la película. "Cambios en la dirección de los estudios, políticas, cosas así", dice. "Creo que fue un golpe de suerte que al final termináramos nosotros con esta película imposible de filmar, que filmamos de todos modos".

Snyder dice que "el reparto se acopló muy bien. Creo que los actores no sólo son asombrosos en su oficio, sino que también han tenido una relación asombrosa con la propia novela gráfica. Fueron capaces de hacerme notar cosas que yo no había visto, o aspectos de los personajes en los que yo no había pensado, e incorporarlos a sus interpretaciones".

Una de las cosas de Watchmen que más atrajo a Snyder fue que era una historia sexy, oscura y moralmente peligrosa. "Sí, cuando hicimos el primer pase de la película, lo primero que dijeron los del estudio es que era demasiado larga, demasiado sexy y demasiado violenta. Y yo pensé: 'Pero ésa es una razón para ir a verla, ¿no?'".

"Me interesan esas cosas, pero con Watchmen quería hacer una película que fuera relevante para el público moderno. Maneja y a la vez descarta todo aquello que ahora consideraría clichés".

"Mi madre, por ejemplo, sabe que Superman tiene una fortaleza solitaria y que a Spiderman le picó una araña radiactiva. Son cosas que ya están en la cultura, y creo que Alan, con su novela gráfica, es capaz de apartar todas esas cosas y decir cuál es el 'por qué' de nuestra mitología. Si estos personajes representan nuestra mitología como sociedad, deconstruir el mito nos dice cosas sobre nosotros".

"Al final, es una película de historias y personajes", dice el director. Estoy un poquito colado por la acción, lo admito, pero cuando pienso en películas y en contar una historia, tengo una conexión muy inmediata con sonidos y música e imágenes, y es una reacción instintiva que me hace querer juntarlos todos".

"Watchmen no se parece a ninguna de las películas de superhéroes que se haya visto antes", dice. "Creo que es porque se centra de verdad en el 'por qué' de lo que es un superhéroe. También tiene espectáculo y es de grandes dimensiones, pero al final le hace a uno realmente pensar: 'Caramba, había tomado esas cosas como valor nominal pero, ¿de qué trata realmente?'".

John Millar