Animales heridos

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Silvio Lisboa tiene mucho dinero y desde hace un año una amante, la famosa y reconocida interiorista Clàudia Riera. El hombre tiene también una fijación: quedar a escondidas con ella en la habitación 1817 del hotel Princesa Sofía.

Silvio lleva una vida convencional con Marcia, su mujer, una neurótica ociosa que sólo encuentra alivio en los mates de coca con una aspirina que le prepara Mariela, su asistenta peruana. Pero la tranquilidad familiar se ve súbitamente trastornada cuando una llamada de un diario anuncia la inminente visita de Claudia, que quiere escribir un reportaje sobre el hogar de los Lisboa. Marcia enloquece preparando el piso y no se olvida de ningún detalle: la ocasión merece la pena...

La localidad costera de Cadaqués es el destino elegido por Irina, recepcionista del Princesa Sofía, y Daniel Prat, su marido, una pareja joven que hace camping en su caravana. Llevan una vida tranquila y paradisíaca: la chica hace gimnasia aprovechando las lecciones del monitor en la piscina del camping y, de noche, lee mucho. Él prefiere pasarlas pescando en una apartada cala.

Una noche, atraído por la música, Daniel se acerca nadando desde la playa hasta un velero anclado en la bahía y asiste a los inicios de una secuencia amorosa. Estimulado por lo que acaba de ver, recoge sus trastos y regresa al camping. Cuando llega ve desde la mirilla de la caravana a su mujer y al monitor de la piscina juntos en la cama...

Justo al lado de la casa donde viven los Prat en Barcelona, en el andamio de un edificio en restauración, Jorge Washington, un atractivo inmigrante de unos veinte y pocos años, indio peruano, no aparta su mirada del interior de los pisos y, sobretodo, de las mujeres. Se siente muy atraído por las blancas, a pesar de que lleva ya unos meses acostándose con Mariela, la asistenta de los Lisboa.

Un sábado, aprovechando que los señores están ausentes y que no está el portero, Mariela invita al chico a pasar la tarde en la casa donde sirve. Ya en el dúplex, tras hacer el amor repetidamente, el chico se pasea por el lujoso apartamento y sueña en poder disfrutar algún día de los privilegios de la gente rica. Mariela le deja el carné del Barça de Silvio para que vaya esa tarde al fútbol. Durante el descanso del partido, se excita al descubrir a Clàudia, la diseñadora, que juega con él con la mirada. Pero sólo es un juego y ello trastoca al chico. Cuando sale del campo vuelve a verla en un coche y la sigue durante un rato, aunque la acaba perdiendo de vista...

Basada en relatos de "Animals tristos" de Jordi Puntí.