¿Qué te juegas, Mari Pili?

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Sole, Mari Pili y Marta son tres jóvenes de unos veinte años que comparten piso. Una mañana de verano, las tres chicas descubren demasiado tarde que las empanadillas congeladas se han de freir con aceite. Sole se queja de lo complicado que es el ritual de buscar pareja: depilarse cada semana, hartarse de gin-tónics, hacer poses sexis, aunque se corra el riesgo de padecer una contracción de columna... Teniendo en cuenta que el deseo de ligar es únicamente "un estado anímico que predispone a aceptar un miembro del sexo contrario", Sole se pregunta: "¿Qué necesidad hay de esperar al fin de semana para ir a una discoteca y enrollarse con el primer tío que te pregunta tu nombre?". Marta aprovecha esta reflexión en voz alta para dejar bien claro que ella es una mujer de acción. Y no se le ocurre otra cosa que proponer un juego: dejarse estar de preámbulos, de rituales de caza y captura del macho, y lanzarse a buscar pareja. En otras palabras: vivir una aventura con el primero que te pregunte el nombre.

Y el juego empieza.